Las tetraónidas han sido una fuente de fascinación para muchas culturas, sobre todo por sus espectaculares despliegues y por su habilidad para sobrevivir en invierno en zonas árticas. Para sobrevivir los fríos más extremos, han desarrollado adaptaciones particulares en los dedos de los pies, para poder excavar madrigueras en la nieve donde guarecerse hasta 22 horas o más al día. Asimismo, para reducir la pérdida de calor, tienen los tarsos y fosas nasales emplumadas, que les permite evitar que la nieve entre por ellas y al mismo tiempo atrapar la humedad que escapa de las mismas que podrían provocar que se congelara dentro de los hoyos donde se refugian en la nieve. Su sistema digestivo también ha evolucionado para compensar los rigores invernales.
Esta obra explora la evolución de las tetraónidas, examinando detenidamente cada una de las 19 especies, su distribución, hábitats, plumajes, subespecies, biología de la reproducción, dieta y conservación. Con muchas fotografías, dibujos y mapas.