Este libro intenta explicar que podemos usar la energía nuclear para combatir el cambio climático si conseguimos reducir al máximo los riesgos de la energía nuclear. La humanidad se enfrenta a dos amenazas existenciales: la aniquilación nuclear y la catástrofe del cambio climático. Ambos tienen orígenes humanos, y ambos están relacionados con el uso de la energía nuclear.
La pregunta clave es si podemos usar la energía nuclear para reducir la amenaza del cambio climático sin aumentar el riesgo de que se usen armas nucleares. Argumenta que el mundo necesita una política energética "completa", que promueva la meta de descarbonizar el medio ambiente a través de todos los medios disponibles, incluida la energía nuclear.
Presenta un argumento convincente de que podemos mejorar la capacidad de la energía nuclear para combatir el cambio climático incluso si reducimos los riesgos de terror nuclear. Hacerlo requerirá leyes y políticas bien elaboradas, implementadas con un espíritu de vigilancia constante e integradas en una cultura que entrelaza los objetivos de seguridad en el tejido de los programas nucleares. Esto permitirá que los gobiernos y la industria trabajen juntos para maximizar los beneficios energéticos y climáticos mientras se minimizan los riesgos de seguridad.