Este libro analiza el papel clave desempeñado por la sistemática para descifrar patrones de evolución a partir del registro fósil. Comienza considerando la naturaleza de las especies en el registro fósil y luego describe los avances recientes en la metodología utilizada para establecer relaciones filogenéticas, destacando por qué la evidencia fósil puede ser crucial. Se discute la forma en que las especies se agrupan en taxones superiores, y cómo esto afecta su utilidad en los estudios evolutivos.
Se enfatiza en que los patrones observados rara vez se pueden tomar al pie de la letra. Se argumenta que los árboles evolutivos, construidos a partir de la combinación de datos filogenéticos y bioestratigráficos, proporcionan el mejor enfoque para investigar patrones de evolución a través del tiempo geológico.