El trabajo de campo en Botswana de los investigadores Dorothy Cheney y Robert Seyfarth, trató por primera vez de adentrarse en cómo los babuinos ven el mundo a través de su compleja vida social. Estuvieron estudiando las complejas relaciones individuales y familiares que se producen en sus grandes grupos, compuestos de unos 150 individuos. En este escenario, suceden rápidamente nacimientos de amistades, enemistades, emparejamientos, y toda una serie de relaciones individuales que muchas veces obedecen a cálculos hechos a largo término a partir de estatus determinado que posee cada individuo y lo que probablemente puede llegar a ser. Esto provoca gran cantidad de situaciones que las hacen similares a las que se producen en las sociedades humanas. Así, los babuinos son capaces de fomentar alianzas para tratar de anticiparse a las acciones de los amigos o de los rivales.
Además de todo ese fascinante tema, los autores tratan de adentrarse en la inteligencia que poseen los babuinos, para procurar comprender hasta cierto punto cómo conciben el mundo. Usan experimentos innovadores que les permitan aproximarse a comprender cómo entiendes las relaciones entre individuos de su propia especie, cómo usan la comunicación vocal, y cómo gestionan el estrés de los peligros de su vida en un entorno salvaje. Llegan a conclusiones sorprendentes, como que la familia y los amigos forman un soporte vital para mitigar los efectos del estrés, la ansiedad o las enfermedades, tal como pasa con los humanos.