NUEVA EDICIÓN EN TAPA BLANDA
Hasta el siglo XX, el estudio de los animales se hallaba limitado a lo que podía observar el naturalista. Seguir a los animales significaba examinar sus huellas y restos. En 1900 los científicos comenzaron el marcaje con anillas de los pájaros y los primeros seguimientos monitorizados. Desde el inicio del nuevo siglo en el que nos hallamos los científicos usan radioemisores, drones, análisis bioacústicos, del ADN, redes móviles y GPS para seguir la fauna.
Los autores de esta obra seleccionan nueve métodos concretos de recolección de datos, creando treinta historias originadas en cada uno de los métodos, ilustradas con impactantes gráficos y mapas. Desde cómo evitan los tornados las aves, hasta lo que el limo nos puede decir sobre la planificación urbana.